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Parte de la preparación de los niños para el colegio consiste en mantenerlos sanos. Es mejor prevenir las enfermedades que intentar curarlas después.
Aquí tienes tres consejos para empezar.
Puede que mi primer consejo te sorprenda. Una de las mejores formas de mantener sus cuerpos sanos es dejar que se ensucien un poco.
Cuando tus hijos jueguen en un parque, haz una revisión previa para asegurarte de que no haya agujas de droga ni heces. Si la suciedad está “limpia”, no hay problema en que se ensucien. De hecho, la suciedad contiene sustancias beneficiosas que pueden ayudar al organismo a combatir los gérmenes nocivos.
Jugar en los parques o cavar en la tierra ayuda a los niños a aprender a usar las manos. Recuerda que deben lavarse las manos antes de comer o tocarse la cara para que los gérmenes no entren en su cuerpo.
Desde el COVID, mucha gente utiliza geles que combaten los gérmenes. Está bien dejar que tus hijos utilicen estos geles en lugar de lavarse las manos cuando no puedes ver la suciedad. Pero usarlos demasiado puede debilitar la protección de su cuerpo. ¿Por qué? Porque todos necesitamos una pequeña cantidad de gérmenes para que nuestro sistema inmunitario pueda practicar su lucha contra ellos.
Por eso, cuando tus hijos tengan las manos sucias, deja que se las laven con agua y jabón.
Pasos para lavarse las manos:Paso 1: Mójate las manos con agua.
Paso 2: Aplica suficiente jabón para cubrir las manos mojadas.
Paso 3: Frota todas las superficies de las manos -incluido el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas- durante al menos 20 segundos (más o menos lo que dura la canción de “Cumpleaños feliz”). Si les enseñas cómo hacerlo, todos podrán cantar y divertirse.
Paso 4: Aclarar abundantemente con agua.
En segundo lugar, deja que tus hijos sepan que los quieres abrazándoles. Abrazar puede parecer poco importante, pero un abrazo puede ayudar mucho a demostrarle a tus hijos que te importan. Los seres humanos necesitan ese contacto con otras personas. Estos recordatorios les ayudan a crear un fuerte sentimiento de valía. Además, saber que alguien los quiere les ayuda a aprender a quererse a sí mismos.
Si a tu hijo no le gusta el contacto físico, puedes mirarle a los ojos y decirle que le quieres. Encuentra una forma de expresar tu amor que funcione para ti y para tu hijo.
Por último, asegúrate de que todos los niños vayan al médico al menos una vez al año. Acudir al médico para un chequeo ayuda a revelar cualquier problema médico oculto. Algunas cosas pueden ser fáciles de solucionar si se detectan pronto, pero otras pueden complicarse o causar más problemas si se espera hasta ver signos de un problema.
La mayoría de las ciudades tienen centros médicos comunitarios, y los médicos colaborarán contigo para garantizar que tus hijos reciban la atención que necesitan, así puedas pagarla como si no. Muchas también tienen otros servicios que pueden ayudarte con el transporte, y también con el acceso a alimentos y ropa.
Puede resultar difícil pedir ayuda cuando se necesita, pero para eso existen estos servicios. Ocuparte de tus hijos antes de que surja un problema puede ahorrarte mucho tiempo, frustración y estrés.
Estos tres consejos para tus hijos también pueden ayudarte a ti. Si cuidas de los demás, acuérdate también de mantenerte sana. Unos minutos al día sólo para ti facilitan el cuidado de los que dependen de ti.
