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¿Qué le ha pasado? Ya casi no la reconozco. Su belleza dulce, pura e infantil se ha convertido en un maniquí maquillado.
Eso pensaba mientras veía uno de mis programas de televisión favoritos, el cual es famoso por reconocer a los concursantes por su talento y no por su aspecto.
Revolucionario, ¿verdad? Pero una vez que los presentadores eligen a un concursante, un aluvión de maquilladores, estilistas y expertos en moda vienen corriendo a hacer cambios. ¿Por qué? Porque a los ojos del mundo, la imagen importa.
Mientras crecía en Nueva York, constantemente me topaba con esta idea de la imagen y la apariencia. Mujeres de todas las edades llevando bolsos de alta gama, niños usando Air Jordans, y profesionales vistiendo trajes, camisas y zapatos de diseñador.
Hoy en día, cuando visito a mi madre en la ciudad, tengo la sensación de que debo ir muy elegante para ganarme la aprobación de la gente en el metro y en los mercados.
Pero ¿qué ocurre cuando no recibes la aprobación de los demás, cuando te sientes rechazada porque crees que no eres lo suficientemente guapa, delgada o atlética?
Tal vez vas por la vida acomplejada por tu aspecto. Tal vez algún amigo o familiar te presiona constantemente para que encajes en un determinado molde. Cuando paseas por tu ciudad, ¿te preguntas si alguna vez estarás tan “arreglada” como las personas que te rodean? Tus vecinas tienen cuerpos perfectos, rasgos faciales impecables y ropa a la moda, y tú no puedes evitar sentirte sola en un mundo “inferior”.
A lo largo de mi vida, he intentado silenciar esas voces negativas y sustituirlas por la verdad de la Palabra de Dios. Dios me ama y piensa lo mejor de mí. Como dice la Biblia, “Yo soy la luz de sus ojos” (Zac. 2:8), lo que significa que Él no puede dejar de pensar en mí con amor.
Si eres como yo y has luchado con tu imagen, recurre a estos cuatro versículos para que veas lo que Dios dice y piensa de ti y de tu apariencia.
1.
He sido creado a su imagen.
Por eso Dios creó a los seres humanos, haciéndolos semejantes a él mismo.
– GÉNESIS 1:27 (GNTD)
2.
No soy un error.
Tú creaste cada parte de mí; me uniste en el vientre de mi madre. Cuando mis huesos se estaban formando, cuidadosamente unidos en el vientre de mi madre, cuando crecía allí en secreto, tú sabías que yo estaba allí; me viste antes de que naciera.
– SALMO 139:13,15-16A (GNTD)
3.
Tengo un propósito.
Porque somos creación de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
– EFESIOS 2:10 (GNTD)
4.
Soy amado y aceptado.
Te he amado, por eso continúo contigo para demostrarte mi amor constante.
– JEREMÍAS 31:3 (GNTD)
