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¿Cómo come tu familia? ¿Compran algo fácil o cada quien se calienta algunas sobras cuando tiene hambre? ¿Comen sobre la marcha, tal vez agarrando una porción de pizza, un taco o una hamburguesa? ¿Cuándo fue la última vez que se sentaron a comer juntos en familia?
Comer juntos en familia tiene muchos beneficios. Las investigaciones demuestran que los adolescentes de las familias que comen juntos tienen menos probabilidades de beber alcohol, fumar cigarrillos o consumir marihuana o drogas ilegales. También son menos propensos a la depresión, la violencia o el sobrepeso, y en general tienen una mejor autoestima.
Comer juntos en familia fomenta el sentido de pertenencia. Cuando los niños pueden contar regularmente con un tiempo con sus padres u otros adultos, se sienten amados, seguros y protegidos. Lo mismo ocurre con los adolescentes y los adultos. Los valores familiares se comparten y modelan durante este tiempo especial en familia y tienen un impacto positivo a largo plazo.
Comer juntos en familia ayuda a los niños a ser mejores en la escuela. Al escuchar a los adultos en la mesa, los niños aprenden nuevas palabras que les ayudan a leer mejor. Los adolescentes pueden expresar sus ideas en un lugar seguro durante la comida, lo que les da confianza para hablar en clase. Además, es más probable que los padres se enteren de sus deberes y de cualquier problema que surja.
Comer juntos en familia conduce a una buena nutrición, especialmente cuando las comidas son caseras. Es menos probable que tengan demasiada grasa, sal y azúcar. Esto se debe a que el sabor proviene de buenos ingredientes como las verduras, las frutas, los cereales, la leche, la carne y las legumbres.
Consejos prácticos:
- Apaga la televisión y guarda los teléfonos.
- • Come en una mesa, si es posible. (Si no tienes espacio para una mesa, una mesa plegable que saques a la hora de comer funciona muy bien).
- • Recen juntos al comienzo de la comida. Agradezcan a Dios por sus alimentos.
- • Conversen entre sí. Hagan preguntas y escuchen las respuestas.
- Esperen a que todos terminen de comer para levantarse de la mesa.
- • Haz que todos participen en la cocina y la limpieza.
- • Si estás en un programa, conectar con tu familia “fuera de casa” durante las comidas es igual de importante.
¿No sabes qué decir? Aquí tienes algunos temas de conversación divertidos:
- ¿Qué fue lo primero que pensaste al levantarte esta mañana?
- Menciona la mejor y la peor parte de tu día.
- ¿Qué es lo más amable que has hecho hoy por otra persona?
- ¿Qué es lo que anticipas con expectativa para mañana?
- Di algo bueno sobre la persona sentada a tu derecha.
Empieza hoy mismo a comer juntos en la mesa. No importa cómo sea tu familia, intenta reunir a todos los que viven en tu casa y coman juntos al menos una vez a la semana y permite que la situación evolucione a partir de ahí. Amarás esos recuerdos que están creando.