Escucha Ahora
Los pies. Son una parte muy importante de nuestro cuerpo pero no pensamos en ellos hasta que nos duelen. Más de 25% de los huesos en nuestro cuerpo se encuentran en los pies. Los pies soportan el peso de nuestro cuerpo cuando caminamos. ¡Con razón se cansan!
Después de un día largo de estar de pie, no hay nada mejor que remojar los pies en agua tibia para calmarlos y aliviar el estrés.
Para empezar, prende música relajante. Luego, llena un cuenco con agua tibia. Mezcla 3 cucharas de aceite de oliva con 2 cucharas de sal de mar grueso o sulfato de magnesio.
Si prefieres un exfoliante de azúcar, usa ½ taza de azúcar con ¼ taza de aceite de oliva.
Aplica esta mezcla a los talones secos y agrietados por 5 minutos y luego remoja los pies en un cuenco de agua tibia por 10 minutos. Echa unos pétalos en el agua para un remojo lindo.
Seca los pies con y usa una piedra pómez en el metatarso y los talones de los pies para sacar la piel muerta.
Corta y límate las uñas de pie. Córtalas en una fila recta para prevenir uñas encarnadas. Aplica una crema a los pies. Pon esmalte de uñas si deseas y disfrútate de una buena pedicura.
¿Sabías que los pies son capaces de producir una pinta de sudor cada día? Si vives en un área caliente o si tienes pies sudorosos, pon 3 o 4 bolsitas de té negro en agua hirviendo por 15 minutos. Echa el té en un cuenco. Añade 2 cuartos de agua fresca y remoja los pies en el agua tibia de té por 30 minutos. Si haces esto por una semana, los taninos del té ayudarán a los pies a sudar menos.
– Cantar de los Cantares 7:1
