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No es suficiente decir que me considero bendecida de muchas maneras. Me siento extremadamente bendecida por mi relación con mis hijos. ¿Por qué? Porque estuve encarcelada y separada de ellos durante siete años. En la cárcel, escuché una historia tras otra de mujeres que me contaban que sus hijos estaban en casas de acogida o que no sabían dónde estaban. Fue entonces cuando me di cuenta de lo afortunada que era. Sus historias me hicieron estar muy agradecida por tener la relación que tengo hoy con mis tres hijos.
Las decisiones que tomé provocaron su abandono durante esos siete años. Abandono parece una palabra muy dura, ya que no me fui de casa un día por voluntad propia con el plan de no volver jamás. Sin embargo, mis elecciones provocaron la separación de una manera muy real. Volví, y sí, hoy tengo una relación bastante buena con mis hijos adolescentes. Pero estuve ausente durante una gran parte de su niñez.
Asumir la responsabilidad de tus actos y las consecuencias que tus hijos tienen que soportar contigo debido a tus decisiones es muy importante. Independientemente de las circunstancias que hayan provocado la separación de tus hijos, aceptar la responsabilidad por ello te ayudará a ti y a ellos a sanar más rápido y con mayor convicción.
Es importante que permanezcas en sus vidas de un modo u otro mientras estén separados. Además, debes prepararlos para tu regreso y ayudarles con la transición de volver a estar más presente en sus vidas.
A lo largo de todas las etapas de la separación, el contacto constante es fundamental. Con tantos tipos de comunicación a través de texto, teléfono, cartas y demás, el mensaje y la forma de transmitirlo pueden ser únicos en cada ocasión. Pero la comunicación necesita un flujo estructurado del que se beneficien tanto los niños como los adultos.
Según varios estudios, la estructura ayuda a los niños a controlar su propio comportamiento y les permite comprender la importancia de los límites y las expectativas. Al tener una rutina, usted, como padre, está fomentando un entorno seguro para ellos dentro de su “burbuja de relaciones” (o unidad familiar, como algunos la llaman). El padre ausente debe preparar a los niños antes de que esa “burbuja” se rompa por un cambio repentino.
Averigua y explica cómo podrían ser o son los arreglos de vivienda, cómo se manejarán las vacaciones y otras fechas importantes, y quién estará ahí para llevarlos a un entrenamiento de fútbol o a eventos escolares.
Mis hijos necesitaban saber cómo sería la nueva dinámica familiar cuando volviera a entrar en sus vidas. Hablando desde la experiencia, no solo los estilos de copaternidad (o de crianza de sus cuidadores) pueden variar mucho, también las diferencias en las normas, los estilos de vida y las rutinas diarias básicas pueden causar enormes trastornos en el mundo de los niños.
Me siento bendecida no sólo por tener una relación con mis hijos, sino también por tener la oportunidad de formar parte de la vida de las (medias) hermanas de mis hijos, sin que se me juzgue por mi pasado. No todos los padres que han abandonado a sus hijos debido a sus malas decisiones reciben una oportunidad tan generosa.
Incluso en las situaciones de reencuentro más ideales, es de esperar que se produzcan algunos baches en el camino. Hay que prepararse para ello. El mero hecho de aceptar que has estado ausente en la vida de tus hijos puede ser bastante duro, pero volver a intervenir y no tener el control que tenías antes también es agotador.
La gratitud puede ayudar mucho a la hora de reincorporarte a la vida de tus hijos, ya que han sido cuidados por otra persona que no eres tú y están acostumbrados a su estilo de crianza. Respeta las normas y rutinas de los cuidadores mientras vuelves a introducir poco a poco las tuyas. Esto hace que la transición sea más fácil para los niños. También ayuda a crear un vínculo como unidad familiar, ya que el cuidador no debe quedar fuera de la vida de los niños inmediatamente después de tu regreso. Eso sería similar al trauma que ya vivieron cuando te perdieron.
He aquí algunas cosas útiles que me ayudaron a lo largo de este viaje.
- No ejerzas tu rol desde la culpa. Aceptamos la responsabilidad de su abandono. Del mismo modo, tenemos que darnos cuenta de que nos hemos ganado la oportunidad de volver a formar parte de sus vidas. No podemos seguir castigándonos dejando que nuestros hijos rompan las reglas o hagan lo que quieran porque nos sentimos culpables por haberlos abandonado.
- No intentes comprar su amor. Para aquellos que han tenido la tentación de “comprar” su amor, no lo hagan. No hay dinero ni cosas materiales que puedan devolverles el tiempo que perdieron contigo. No podemos comprar este tiempo, así que no hay razón para intentarlo. Un fuerte desamor y unas expectativas irreales serán el único resultado de intentar hacer este tipo de compra.
- Establece límites y normas. Antes de tu partida, tenías límites y reglas para tus hijos. Hay que volver a establecerlos y cumplirlos. Los niños ansían estructura y orientación. Al poner límites y reglas, creas esa manta de seguridad que los niños necesitan.
- Haz esas pequeñas cosas. Muchos padres pasan por alto la importancia de asistir a un entrenamiento de baloncesto o de escribir una nota en el almuerzo escolar de sus hijos diciéndoles lo mucho que los quieren. Estas pequeñas cosas se acumulan con el tiempo y pueden dar un giro a la relación con su hijo.
Nunca es fácil admitir las propias faltas, y es aún más difícil perdonarse por ellas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los niños perdonan y olvidan mucho más fácilmente que nosotros. Normalmente, sólo quieren que su padre o su madre vuelvan a estar en sus vidas.
Sea cual sea la situación, intenta permanecer en sus vidas de un modo u otro mientras estén separados, prepáralos para tu regreso y muestra tu agradecimiento y respeto a los cuidadores que ahora han pasado a formar parte de tu familia a través de esta experiencia.
IVANA LIVERSEDGE fue vicepresidenta de crecimiento estratégico en una empresa de servicios gestionados de TI de comercio electrónico y miembro de la junta directiva y/o voluntaria de varias organizaciones sin fines de lucro, incluida la revista Reach UP. Trágicamente, la vida de Ivana se truncó antes de que llegáramos a imprimir. Como el caso está en curso, no podemos decir más. Pero nuestros corazones están destrozados. Aunque no se puede comparar con lo que deben sentir sus tres hijos y la familia mixta que compartía con el padre de los niños en Arizona. Ella fue humildemente honesta acerca de ser una delincuente sentenciada que pasó más de seis años en AZDOC. El título que eligió para este artículo es más significativo que nunca porque, como cristiana, apunta al día en que se reunirá con sus hijos para siempre. Te extrañamos, Ivana…