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Es posible sobrevivir y recuperarse a la falta de hogar.
He estado sin hogar seis veces en mi vida. De joven estuve tres veces sin hogar, sin contar las veces que estuve en un centro de acogida. De adulto, me quedé sin hogar tres veces. La primera ocurrió al principio de mi adultez, cuando un propietario se quedó con mi depósito y luego alquiló el lugar a otra persona. Me quedé sin hogar en dos ocasiones a mediados de mis veintes después de caer en una enfermedad crónica que todavía intenta matarme. Pero sobreviví y reconstruí mi vida en cada ocasión. Desde entonces, he ayudado a cientos de personas a hacer lo mismo.
Tener una vivienda ahorra dinero porque tienes una nevera, una cocina, una despensa, puedes almacenar alimentos y tienes un lugar cerrado para guardar tus cosas. Estas ventajas reducen el coste de la vida, aunque el alquiler que tengas que pagar sea elevado. Más adelante te mostraré cómo ahorrar dinero.
En primer lugar, hay algunas dificultades que surgen al no tener un hogar:
1. No tener un lugar donde guardar tus cosas de forma segura. Cuando no tienes casa, tienes que llevar todo contigo para evitar que te roben. Es difícil mantener la ropa bonita (para las entrevistas de trabajo), guardar más de una muda y, si tienes suerte, tener un ordenador portátil (para las solicitudes de empleo). A veces te deshaces de cosas porque te pesan o porque sientes la necesidad de pasar desapercibido. Al fin y al cabo, es obvio para la gente que eres una “sin hogar” cuando toda tu vida está en una maleta que arrastras a todos lados o en tu destartalado coche (si tienes suerte). En cualquier caso, este modo de vida puede limitar mucho tus ingresos y puede reducir tu capacidad de dormir más de un par de horas seguidas.
2. No cocinar en una estufa o almacenar alimentos en un refrigerador. Cuando no puedes cocinar en casa, las comidas cuestan al menos tres veces más. Además, todo lo que comes es desechable — lo que no sólo perjudica tu presupuesto del SNAP (el programa más importante del gobierno estadounidense, el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria), sino que también tiene un impacto perjudicial en el planeta.
Según la revista Forbes, en julio de 2018, el costo promedio diario para comer era de entre 3,42 y 45,96 dólares por persona al día para comidas cocinadas en casa, que iban desde tacos de pollo hasta cenas de bistec de lujo. Cuando no se tiene un hogar, se compran comidas ya cocinadas más bebidas en una tienda de comestibles. En este caso, el precio medio sube a 37,14 dólares por día. Olvídate de salir a comer a un restaurante de verdad, ya que el precio medio para tres personas (suponiendo que haya un cónyuge o un par de niños) se dispara hasta unos 39,54 y 109,47 dólares al día.
Más del 50% de las comidas promedio cuestan menos de 10 dólares al día por persona si se preparan en casa, por lo que es una gran ventaja estar equipado para cocinar tu propia comida. En un hogar, el presupuesto mensual para alimentos puede oscilar entre 102 y 300 dólares por persona. Esa ventaja aumenta si se compran alimentos al mayor.
Cuando tenía casa y podía comprar al por mayor y hacer la comida con antelación, podía reducir el costo de alimentación a unos 1,50 dólares por comida (una comida típica incluía media libra de pavo, un cuarto de taza de brócoli y una patata con queso y cebolla). Si tenía que comprar un sándwich o una ensalada ya preparados, eran 7 dólares. ¡Gran diferencia! Así que si solo compraba comida de la calle, entonces sólo podía recibir un tercio de mis comidas del programa SNAP cuando no tenía hogar. Si no, tenía que encontrar dinero para comprar más comida o quedarme sin ella.
3. Perder la oportunidad de obtener mejores ingresos. Es más fácil mantener un trabajo cuando se tiene una vivienda segura. La media de ingresos mensuales en Estados Unidos es de unos 3.000 dólares. Si el dinero que recibes de SNAP y otras prestaciones en efectivo asciende a unos 300 dólares al mes, estás perdiendo 2.700 dólares de ingresos al mes.
CONSEJOS DESDE MI EXPERIENCIA
Aunque tener una casa ahorra dinero, se puede sobrevivir sin ella. He utilizado lo que he aprendido de mis situaciones para ayudar a cientos de personas a reconstruir sus vidas, incluso cuando parecía que el mundo los había dejado solos y desamparados.
Si al leer esto hoy te encuentras sin hogar, quiero que sepas que puedes mantener tu mente y tu vida estables. Saldrás adelante. Estos consejos para ahorrar dinero te ayudarán a recuperarte. Pero todos podemos beneficiarnos de aprender a guardar más dinero en nuestros bolsillos.
- Aplica para el TANF (programa de asistencia en efectivo para las familias necesitadas en Arizona – otros estados tienen programas similares) y SNAP. Estos beneficios te permitirán estabilizarte hasta que puedas encontrar una vivienda. Estas dos ayudas cubrían unos 276 dólares de mis gastos mensuales.
- Consigue un abono mensual para el sistema de transporte público local. Entre la gasolina, el kilometraje, el seguro y alquiler o pagos, tener un coche cuesta más que comprar un carné de transporte. Sin embargo, con el transporte público tardarás hasta cuatro veces más en llegar a tus destinos. (Recuerda que tienes un objetivo y que merecerá la pena).
- Alquila un almacén para tus cosas cerca del transporte público. No es divertido ni remotamente fácil, pero es mejor que perder las cosas que necesitas para sobrevivir y reconstruir tu vida. Una pequeña unidad de almacenamiento te costará entre 25 y 60 dólares al mes. Puedes meter casi todo lo que necesitas en un espacio de 3′ x 5′ si apilas tus pertenencias. Los cubos de almacenamiento de Target costarán 7 dólares el más barato. Un perchero puede costar hasta 20 dólares. Puedes conseguir una cava por unos $10 la más barata. El hielo para la misma te costará unos 10 dólares a la semana.
- Busca un refugio o encuentra un estacionamiento autorizado para pasar la noche.
- Compra una parrillera nueva por unos 150 dólares o por mucho menos en una tienda de segunda mano. Te costará unos 50 dólares al mes en uso, pero te ahorrará cientos de dólares en gastos de comida. Utilízala al aire libre y luego guárdala en la unidad de almacenamiento.
- Consigue una membresía de bajo costo en un gimnasio que tenga acceso a una ducha y un baño. Poder asearte es importante. La gente nunca se enteraba de que no tenía hogar a menos que lo mencionara, y estar bien aseado me abrió las puertas a un empleo y a relaciones que de otro modo no habría tenido. Las cadenas nacionales, como Planet Fitness, ofrecen actualmente abonos mensuales de 10 dólares sin contrato — e incluso regalan pizza y aperitivos de vez en cuando.
- Si tienes un teléfono móvil, aprovecha la economía gig (trabajar en tu propio horario como trabajador independiente). Verizon ofrece planes prepago ilimitados por tan solo 45 dólares al mes, y puedes conseguir un teléfono por casi nada con solo preguntar por ahí. Muchas empresas, como UberEats, te permiten obtener ingresos sin tener que dar lo mejor de ti. Sólo necesitas una bicicleta y un teléfono para repartir comida. No es un ingreso enorme, pero es mejor que nada. Además, tener cualquier empleo es mejor que un vacío en tu currículum.
- Si no tienes un teléfono, configura una cuenta de Google para obtener un número de teléfono. Podrás enviar y recibir mensajes de voz y de texto, además de hacer y recibir llamadas telefónicas en el ordenador mientras estés conectado a la red Wi-Fi. ¿Y lo mejor? Su uso es completamente gratuito a nivel local. (Las bibliotecas, los centros comunitarios y algunas misiones tienen laboratorios de informática de uso gratuito. Muchos ofrecen clases si necesitas aprender a usar un ordenador).
- Construye tu currículum para un trabajo mejor remunerado en Canva.com y LinkedIn. Ambos ofrecen recursos y plantillas gratuitas para crear una experiencia laboral para tu próxima entrevista de trabajo. (Consulta el artículo ¡Adelante! Diles Quien Eres en Reach UP: Verano 2013 para obtener consejos sobre tu currículum.
- Evita optar por ayudas para vivienda que tengan una larga lista de espera. La mayoría de las ciudades se centran en la rehabilitación de viviendas más que en la prevención de la falta de hogar, lo que hace que los tiempos de espera sean a menudo superiores a los dos años. Si tienes que esperar más de dos años para tener una vivienda estable, es probable que desarrolles problemas de salud tanto físicos como mentales, lo que hará más costosa tu reinserción en la sociedad.
Este es un plan que me ha funcionado. Si pides dinero a tu iglesia local, por ejemplo, recibirás una mejor respuesta si esta “petición única” te proporciona realmente lo suficiente para una vivienda estable. Si puedes, encuentra un propietario dispuesto a dejarte subarrendar habitaciones. Y luego busca buenos inquilinos. Si tienes un contrato de arrendamiento principal, puedes cobrar depósitos a las personas que te subarriendan. No hace falta que les digas a tus inquilinos lo que pagas de alquiler. Simplemente cóbrales un alquiler justo de mercado por sus habitaciones, paga los servicios a tiempo y sé justo. También es buena idea contratar un seguro y repasar las leyes de alquiler. Ten a mano el dinero del depósito para devolverlo cuando los inquilinos se vayan.
Aprende buenas prácticas mercantiles, gana un poco de dinero extra y sal de la indigencia con la cabeza bien en alto.