“Cuando todo te pide a gritos: ” ¡Regresa!”

Por: Mary Harvel

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Me acosté en posición fetal; nada podía consolarme. Mi matrimonio de veinte años se estaba acabando. Hace apenas cuatro años había dejado el único trabajo que había conocido como bailarina en la industria del entretenimiento adulto. No sabía qué hacer y tenía dos hijos en los que pensar. Todo en mí gritaba: ” ¡Regresa a lo que conoces!”.

La adicción viene de familia. Estuve bajo custodia del Estado desde los 13 hasta los 17 años. Mis abuelos se ocuparon de mí. Me habrían dado el mundo, pero no tenían nada que darme. Cuando cumplí los dieciocho años supe que quería cuidar de mí misma. Así que conseguí un trabajo como bailarina para adultos.

Mary Harvel

Durante esos catorce años como bailarina, me casé, tuve dos hermosos bebés y me puse a estudiar fotografía. Además, durante esos años, luché contra mi propia adicción y vi a mis compañeras morir por abuso de sustancias y violencia doméstica. Vi, desde mi asiento de primera fila, cómo este trabajo que una vez me dio confianza, me lo “quitaba todo”.

Llegué al límite de mis fuerzas y grité a Dios: “Si existes, ¿dónde estás?”. Siempre había creído en Dios, e incluso rezaba de camino al trabajo. Una noche oí que Dios me hablaba. “Vete ahora y empezaremos algo nuevo”. Estaba confundida por lo que estaba escuchando, pero tampoco tenía más opciones. Sabía que lo que había estado haciendo no estaba funcionando. Esa noche decidí dar un salto de fe, empaqué mis cosas y me fui.

Al principio las cosas iban bien, pero en poco tiempo fallecieron mi bisabuela y mi abuela. Cuidé de mi abuelo durante un año hasta que también falleció. Todo esto, sumado a los traumas no resueltos de mi vida, empezó a afectar mi salud mental. Busqué consejeros y terapeutas.

Justo cuando pensaba que las cosas podrían mejorar, mi marido desde hace veinte años, mi mejor amigo y el padre de mis hijos, decidió que ya no quería ser ninguna de esas cosas. Me dejó destrozada y sin recursos. Realmente quería abandonar todo este “asunto de Jesús”. Oí a Dios decir: “¡No te rindas!”. Sinceramente, estaba un poco enfadada con Dios. Había perdido todo, excepto a mis bebés, y ahora, ¿cómo iba a mantenerlos?

Trabajé en una tienda de comestibles y en cualquier trabajo ocasional que pudiera encontrar: limpiar casas, DoorDash,
niñera, y otros. A menudo, no sabía cómo iba a pagar las cuentas y tener qué comer, pero seguía adelante. Y Dios siempre me abría un camino.

En esa época, me di cuenta de por qué la mujer miró hacia atrás y se convirtió en una estatua de sal. (Lee sobre ello en la Biblia, Génesis 19:26.) Supe por qué los israelitas querían volver a la esclavitud de la que habían sido liberados. (Éxodo 16:3). Era lo que sabían. Era lo único que conocían.

Mary Harvel and her daughter Eliana

Seguir a Jesús es difícil y está lleno de incertidumbre. Cuando todo en ti grita: ” ¡Regresa!” tienes que mantener tu fe en Dios y seguir el curso que se ha puesto ante ti. Eso es lo que yo hice.

Ahora ya no paso cada día de mi vida preocupándome por cómo voy a comer o pagar mis cuentas. Tengo un buen trabajo que me entusiasma. Superviso las operaciones de un centro de eventos y bodas. Es un honor formar parte del mejor día en la vida de una persona y ayudar a hacerlo realidad.

Ahora tengo un sentimiento de independencia y de verdadera alegría. Mi relación con Dios es más fuerte que nunca y ya no estoy enfadada con él. Tengo un increíble sistema de apoyo formado por mujeres que Dios ha puesto en mi vida. También soy voluntaria en un ministerio llamado Whispers of Hope,(susurro de esperanza) un ministerio como el que me ayudó.

No todo es perfecto, pero algunas cosas hermosas nacieron de la época más dolorosa de mi vida. Y Dios dice: “Esto es sólo el principio”.

Para todos los que lean y sientan que están pasando por un infierno o que Dios se ha olvidado de ustedes, sigan adelante. Dios da belleza en lugar de cenizas (Isaías 61:3).

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  • ¿Alguna vez has tenido que hacer algo que no querías hacer sólo para ganar dinero?
  • ¿Hay algún momento en el que hayas tenido ganas de acurrucarte en posición fetal porque estabas muy triste y con ganas de rendirte?

Puede encontrar este artículo y más en la Edición de Reach UP: Otoño 2022

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