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En la edición del otoño de 2014 de Reach UP, Keven Covert contó la historia del derribo de su pared de 29 años de negación al hablar de su aborto. Ella experimentó la sanidad verdadera como resultado. Le pedimos a Keven ayudar a nuestros lectores a encontrar su propio lugar de sanidad para animarles.
Es la mañana de la Navidad. Anhelas un corazón de paz y alegría, pero secretamente sabes que una martillazo sería mejor. Tu corazón está tan duro por todo el dolor y sabes, o crees que sabes que esa pared tan grande no se puede derribar.
Eso fui yo. Año tras año la pared alrededor de mi corazón se puso más gruesa y más alta, y nada ni nadie me pudo alcanzar hasta…
Era el verano del 2012. Dios empezó a trabajar en mi corazón el Día de San Valentín de ese año. Me susurró que ya era tiempo de recibir sanidad. Antes de eso, como compartí en el artículo anterior sobre mi aborto en el 1985, nadie sabía de eso y nunca lo había comentado.
Estaba dispuesta a asistir un estudio bíblico de sanidad llamado “Perdonado y Liberado”. Allí, junta con otras seis mujeres, empecé mi jornada de 12 semanas a la sanidad. Fue extraño al principio compartir mi historia. Yo no tenía ninguna emoción porque mi Pared de Negación era tan gruesa. Me había acostumbrado a la insensibilidad. El trauma se había enterrado tan profundo en mi corazón que tenía que forzarme a recordar el dolor, y me llevó un rato para llorar. Abrí la Biblia para aprender lo que Dios tenía que decir sobre todos los detalles de mi experiencia. La estudié como si estuviera estudiando para un examen en la escuela. En ese entonces saqué unas “A”. ¡Pero esta vez la “A” era para mí!
Aprendí de negación, culpa, ira, inseguridades, pérdida, sustituir adicciones y entumecer mis emociones. Descubrí a quién Dios me creó a ser y por fin le entregué mi secreto vergonzoso y feo, y mucho más.
También aprendí que no fui la única mujer para tener esta experiencia. El líder de nuestro grupo nos dijo que 1 de cada 3 mujeres de edad fértil han tenido un aborto. ¡Anda! Eso significa más de 50 millón de mujeres desde el 1973 cuando legalizaron el aborto.
Quizás hay muchas mujeres que necesitan la sanidad como yo. Aprendí que la sanidad verdadera es un regalo gratis, como un regalo navideño que recibes por la mañana de la Navidad. La diferencia es que yo no tenía que esperar todo el año por ello. Era mío cuando estuve lista para aceptarlo.
Aun si no estás lista, lee los pasos que tomé para la sanidad. Que Dios sea contigo.
Piensa de la sanidad del aborto como abrir una herida en tu cuerpo. Algo te pasó y te lastimaste. Pusiste un vendaje en la herida pensando que te mejorarías. Sin embargo, después de un tiempo, la herida se infectó. Necesitabas abrir la herida y poner medicina en ella para que se cure rápidamente. La verdad es que no utilizaste la medicina correcta la primera vez. Tienes que admitir que no trataste la herida de inmediato cuando te lastimaste. Abrir la herida será muy doloroso, pero tienes que hacerlo para recibir la sanidad verdadera y ser sana de nuevo.
Primer paso a la sanidad: Si quieres estar sanada, tienes que darte cuenta que no puedes hacerlo sola.
Necesitas la ayuda de Dios para empezar el proceso y hacer la vida más fácil.
Yo tenía a Jesús en mi vida y creí que Él podía ayudarme. Tenía que creer que Él me había perdonado y me sanaría, sin importar lo malo de mi pasado y lo que yo había hecho.
Segundo paso a la sanidad: Este paso fue difícil al principio. Tienes que buscar en lo profundo de ti y enfrentar lo que has evitado por muchos años.
Tienes que admitir que necesitas sanidad; no puedes correr de la verdad. Tienes que darte cuenta que la decisión del pasado para tener un aborto sí ha afectado otros áreas de tu vida. Si trataste de enfrentarlo o decidiste no hacerlo caso, fue una decisión que tomaste.
Como una cebolla, tu dolor tiene capas. Muchas veces la primera capa es negación o depresión. Cada capa de recuerdos y experiencias es dolorosa al destapar el dolor enterrado. La sanidad ocurre al destapar una capa a la vez.
No puedes ir directamente al centro del dolor y apurar el proceso. Ocúpate de cada asunto cuando surge. Conocí a Jesús como mi Señor y fue más fácil, pero todavía tenía que creer que yo pudiera recibir sanidad y perdón. Jesús me ofreció perdón por lo que yo había hecho, y yo necesitaba aceptarlo.
Tercer paso a la sanidad: Esto consiste en recordar el día de tu aborto y revivir tus emociones. Quizás sea la parte más difícil, ¡pero pasar por este paso te ayudará!
Tendrás que enfrentar la pérdida de tu hijo, cómo te sentiste ese día y cómo te sientes ahora. Quizás te dolerá adentro porque llevaste este secreto sin compartirlo a nadie. Quizás te sientes culpable y avergonzada por lo que hiciste, si te forzaron a tener un aborto o si fue tu propia elección. Otras razones y otros sentimientos surgirán también. No los entierres; decide enfrentarlos y sigue adelante.
Cuarto paso a la sanidad: Habla con alguien del dolor que te sientes ahora. Déjale saber que estás en el proceso de tratar con estos asuntos de dolor y explica cómo te sientes como resultado. (Tus sentimientos pueden incluir negación, miedo, pérdida, depresión, vergüenza, culpa, ira, rencor, perdón para otros, inseguridad y otros sentimientos.)
Mi consejo es acercarte a Dios primero y compartir tu corazón. Él entiende tu dolor y tus sentimientos.
Luego, busca a una amiga (tal vez la persona que te regaló esta revista) en quien puedes confiar para compartir tu secreto. No seas falsa – sé real y comparte la verdad. Lo más profundo que vayas, lo más profundo tu sanidad será y la más paz que sentirás al final.
Esas capas se destapan en etapas y sacan todo el dolor en tu vida. Escribir en un diario puede ayudar también. Algo importante que tienes que recordar para lograr tu sanidad: ¡Tienes que volver al pasado para entrar a un futuro sano!
Quinto paso a la sanidadg: Es donde enfrentas todo que ha surgido al exterior. Toma responsabilidad que el aborto ocurrió, sea que tomaste la decisión o te la tomaron. Ocurrió y tu bebé es una persona real que ahora vive en el cielo con Jesús. Dilo en voz alta y decide creer lo que dices.
Sexto paso a la sanidad: Ahora necesitas perdonar y recibir lo que el Señor Jesús hizo por ti en la cruz hace 2,000 años atrás. Recibe el perdón de Jesús y permítelo sanarte y hacerte completa, dándote un nuevo comienzo.
No te preocupes de perdonarte. El perdón total viene de Jesucristo. Recuerda, Él te amó tanto y ya te perdonó antes de que pecaras. Favor de aceptar, recibir y vivir una vida sana y abundante. Si no, lo que hizo en la cruz por ti será en vano, que significa que Él hubiera sufrido por nada.
Tal vez tendrás que perdonar a otros como tu novio, tu mamá o papá, el médico que hizo el aborto, o aun la sociedad por legalizar el aborto. Quizás guardas rencor en tu corazón por algunas de estas personas. El perdón expulsa las emociones tóxicas.
Te puedo decir de mi propia experiencia: ¡Perdón, paz y sanidad son regalos que quedan contigo todo el año, y año tras año! Vete, ábrelos…