Hermana Hermana

Por: Ana Allen

Escucha Ahora

A veces mientras organizamos nuestras vidas, tenemos que vivir – por así decirlo, un poco más cerca del otro – en el hogar que nos han dado. Aquí hay algo para ayudarlos a llevarse bien.

Hermana,

Aunque no tengamos la misma sangre o hayamos nacido de la misma madre, tenemos el mismo Padre en el cielo.

Cuando tú lloras, yo lloro, y cuando tú ríes, yo rio. Sin importar cuán difícil pueda ser la vida, nada importará porque ya hemos pasado por lo peor.

Cuando encontraste cómo salir de la oscuridad, yo estaba aquí esperando escuchar cómo lograste salir.

Como mi hermana en Cristo, soy tu guardiana. Te haré enojar, te sacaré de apuros, te haré gritar – tal vez incluso hagas que me moleste. Te haré decir: “Suficiente”, pero nunca te haré sentir que estás sola. Nunca te haré sentir como si no estuviera de tu lado. Nunca dejaré que olvides lo orgullosa que estoy de ti. Nunca dejaré que te subestimes. Nunca te dejaré pensar que tu pasado determinará en quién te convertirás hoy.

Hermana mía, eres la parte de mí que Dios sabía que necesitaba, pero, con mi gran cabeza, no estaba sucediendo, así que Él me bendijo contigo.

Hermanas, aunque el camino pueda parecer duro, no se rindan; ¡No puedo dejar que lo hagan, no lo permitiré! Cuando estaba lista para rendirme, me mantuvieron en mi lugar y me enseñaron a evitar que el enemigo tomara lo que era para mí.

La forma en que me quieres me hizo quererte. Lloré por ser parte de tu viaje educativo mientras aprendes a leer.

Lloré al darme cuenta de que te herí con mis errores. Y lloré para que le dieras un impulso a mi autoestima todos los días. Fuimos y vinimos. Lloré al emocionarte con mi creatividad. Lloré para que confiaras en mí. Lloré por tener tu apoyo como hermana siempre. Lloré cuando te lastimaban profundamente de alguna manera.

Cuando estoy sola, lloro lágrimas de alegría, lloro porque entiendo, lloro porque crezco, y lloro porque veo que a la gente realmente le puedo importar.

Que me ames y me llames tu hermana significa más para mí de lo que pueden ver. Los amo a todos por todo lo que intentan enseñarme. Los amo por saber que mi hijo lo es todo para mí, y porque ustedes lo aman también.

¿Cómo fui tan bendecida con semejantes hermanas? ¡Sí, nos estresamos! ¡Sí, peleamos! Y sí, a veces actuamos como si no pudiéramos vivir una con la otra, pero aun así nos amamos. Ese es el verdadero amor de hermanas.

Dios me bendijo así, y necesito que todos sepan que, para mí, ustedes juegan un papel en la recuperación de mi corazón y mi mente. Hermanas mías, GRACIAS por AMARME, por ver lo MEJOR de mí, incluso cuando no me siento digna. ¡Gracias por ayudarme a crecer, pase lo que pase!

¡SOY LA GUARDIANA DE MI HERMANA!

 

Puede encontrar este artículo y más en la Edición de Reach UP: Primavera 2020

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