Cómo Manejar el Estrés en una Vida Estresante

Por: Cindy Hochart, RN, MBA, PMP

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Todos tenemos estrés en nuestras vidas. Si tienes pulso, tienes estrés.

El estrés es bueno a corto plazo. De hecho, la respuesta de tu cuerpo al estrés es un don que te salva la vida y te ayuda a reaccionar rápidamente en situaciones de emergencia para huir del peligro. De ahí viene la expresión “luchar o huir”. En situaciones de emergencia, el cuerpo produce adrenalina, que acelera los latidos del corazón. Tus reacciones se disparan cuando necesitas un tiempo de reacción rápido. Eso es bueno.

Sin embargo, con las preocupaciones económicas, las presiones laborales y los problemas familiares, el estrés puede convertirse en un problema crónico. El estrés crónico se produce cuando se tienen altos niveles de estrés todo el tiempo. El cuerpo no está diseñado para trabajar bajo un estrés constante. El resultado puede ser un aumento de la presión arterial. Cuando ésta sube, el corazón tiene que trabajar más. Los altos niveles de estrés también pueden provocar un aumento de peso, debido a la reacción del organismo al estrés y a la ingesta de alimentos o bebidas para aliviar esas tensiones.

Una señal de estrés es tener mal genio o una falta de control sobre las emociones. Otra señal es que te parezca normal estar tensa o preocupada constantemente.

Puedes controlar el estrés de varias maneras. Lo más importante es comprender qué lo está causando. Si no puedes averiguar su causa, no tengas miedo de pedir ayuda. Hay personas a las que les va mejor si comparten sus preocupaciones con amigos y/o familiares.

Aquí tienes otras formas de controlar tu respuesta al estrés.

  • Sal a pasear. El contacto con la naturaleza es beneficioso.
  • Ejercicio. El ejercicio regular, aunque sólo sea un paseo de 15 minutos un par de veces al día, es maravilloso para despejar la mente.
  • Sé consciente. Concéntrate en el momento presente y aprende a no agobiarte por tus problemas.
  • Utiliza la aromaterapia. El olor de la lluvia o el de hierbas como el romero pueden relajarte. Algunos aceites esenciales, como el de lavanda, también funcionan bien. Puedes frotarte un poco en la palma de la mano e inhalar la fragancia, o poner un poco en agua hirviendo (o en un vaporizador) para esparcir el aroma en el aire.
  • Date un masaje. Este gran aliviador del estrés puede ser caro y no suele estar cubierto por el seguro médico. Busca clínicas gratuitas que ofrezcan masajes.

No olvides hablar con tu médico sobre el estrés y su impacto en tu vida. En algunas circunstancias, se recetan antidepresivos de corta duración para ayudarte a afrontar una situación especialmente estresante. Ten en cuenta que el uso de medicamentos puede tener efectos secundarios no deseados. Siempre es mejor una solución natural, pero la medicación puede ser necesaria para superar un momento difícil.

 

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Puede encontrar este artículo y más en la Edición de Reach UP: Primavera 2023

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