Escucha Ahora
Aquí estoy, sola y pensando en quién la mano me va a estrechar,
He querido muchas veces mi vida terminar.
No habrá más heridas, no más dolor, mi vida ya no será un horror.
Todo está oscuro y no hay compasión,
Pero me aferro al enemigo con pasión.
Una mano que no es evidente,
Pero que me libera temporalmente.
En las manos del traficante encontré mis
drogas rápidamente aunque no lo suficiente,
Pero sólo me dejó en la oscuridad con cosas fantasiosas en la mente.
Viene otra mano que agresiva en la cara me bofetea (pega),
“Haz lo que te digo”, me dijo “o busca otra manera”.
Ahora la esquina de mi calle es mi hogar,
donde al transeúnte que me mira con vergüenza veo pasar.
“¡Una mano!” grito mientras rápidamente al poste camino.
¡Sí! Veo las manos de hombres profesionales,
Pero sólo me quieren para relaciones sexuales.
No les puedo decir mi intención,
No entenderían, es sólo una transacción.
Hay una iglesia cerca, y tal vez me ayude.
Me dieron una vez una tarjeta sobre un Señor,
Sus manos clavadas a una cruz para el pecador.
Cada domingo se abren las puertas,
Y veo mujeres vestidas tan lindas,
Y parejas muy contentas.
¿Dónde me encajo con toda mi imperfección?
Pues, estoy rodeada de oscuridad y confusión.
Busco mi salida, saco la pistola.
Estoy de rodillas afligida, y contemplando si para mí hay alguna salida.
Me sale un grito de desesperación, pensando que estoy lista para la conclusión.
Quiero que se acabe ahora, pero me desmayo cuando se tranca la pistola.
Aparece una visión:
¿Y esa Mano extendida en mi dirección? Parece que ha pasado por la misma aflicción.
Estas Manos me levantan, y tan tiernamente me llevan a su voluntad.
Estas Manos me acarician mientras abren las puertas de mi libertad,
Son las Manos del Todopoderoso y conmigo siempre estarán para traerme algo grandioso.
Mi estilo de vida me degradaba,
Y la iglesia no me salvaba.
Pero me presentaron a un nuevo ser,
Una relación permanente con el Único,
El que me trajo liberación.