¡Voy a Ser Alguien!

¿Quién dice que es demasiado tarde para obtener tu diploma de escuela secundaria? No sólo porque tienes hijos, o porque eres mayor que el estudiante típico, o porque no tuviste los créditos requeridos para graduarte, quiere decir que es demasiado tarde para continuar tu educación. Siempre hay tiempo – y hay esperanza.

¡Nunca te rindas!

Tasha Michelle Hayes tuvo una meta y la perseguía. Tuvo tres hijos y no tenía a un hombre para darle apoyo. Tuvo muchas dificultades pero no disminuía lo que se prometió as sí misma: “¡Voy a hacerme alguien en la vida!”

Aquí es la historia que ella contó a Reach UP.

No era fácil cuando estaba creciendo. Vi a mi mamá luchando para llegar al fin del mes con mi hermana, mi hermano y yo.

Después de movernos varias veces, perdí el interés en la escuela cuando todavía era joven y dejé de ir.

Di a luz a mi primera hija, Diamond, cuando tuve 20 años de edad. No tardó cuando empecé a sentirme deprimida. Estaba sola, sin nadie para ayudarme. El papá de Diamond había desaparecido.

Es difícil convertirte de una joven a una mujer con responsabilidades. No podía hacer las cosas como una soltera. Busqué el amor en un hombre y eso me falló también.

Para manejar la depresión fui a los médicos buscando ayuda. Me dieron medicamentos pero todavía me sentía vacía. Aunque sabía de Dios, no me enfoqué en Él.

Quería sentirme amada y aceptada. Por lo tanto, busqué otra vez a un hombre. Esta vez, me quedé embarazada con gemelos. Nos casamos y pensé que todo saldría bien.

Dentro de pronto, mi sueño se quedó destrozado con sus maneras controladores y manipuladores. Me di cuenta que era un ladrón y estaba en libertad provisional. Durante nuestra relación, él se iba y volvía de la cárcel, y siempre estaba en problemas. Me abusó no físicamente sino verbalmente.

Me decía, “¿Por qué vas a la escuela? ¡Debes estar cuidando de la casa y de los niños!”

Sólo quería mejorarme y ayudar a mi familia. Recuerdo cuando le dije a mi (ahora) ex-esposo que quise volver a la escuela para terminar el GED. Él estuvo en contra de ello.

Me puse en comunicación con una iglesia y me mandaron todo lo que necesitaba para prepararme para el pre-examen y el examen de GED. Yo estaba tan entusiasmada de empezar de nuevo.

¡En el 2009, cuando tuve 26 años, terminé y pasé el examen de GED! Por primera vez me sentí tan orgullosa de mí misma. Todavía estaba casada, pero desafortunadamente, nos divorciamos a fin de año.

Mientras tanto, todo parecía ir muy bien. Hice mi primer recorrido de una universidad y tomé cursos preliminares para ser una enfermera. Era increíble.

Pero hay unos ciclos que son difíciles de romper. Conocí a un hombre y me quedé embarazada con mi cuarto hijo. Me sentí deprimida otra vez porque estaba sola con cuatros hijos para criar.

Todo parecía ir muy mal pero no me iba a rendir.

¡Esta vez me encontré con Dios! Sabía que Dios no me había dejado, ¿entonces, por qué me iba a rendir? Sí, soy una madre soltera con cuatro niños bellos, pero eso no iba a dejarme de lograr mis metas.

Vivir en vivienda pública no quiere decir que no voy a lograr mis metas. Dentro de poco seré la enfermera de mis sueños. La vida es difícil pero sigo adelante. Quiero que mis hijos crean en mí, como yo creo en ellos. Es bueno decir que ahora tengo a una familia cariñosa. Tengo 27 años de edad y estoy orgullosa de mis pequeños logros.

A todas las mujeres que luchan y dudan de sí mismas, quiero decirles, “Tomen pasitos pequeños y vuelvan a la escuela. Si yo puedo hacerlo, ustedes pueden hacerlo también.” Cuando la gente me mira, no quiero que piensen que soy otra estadística. Quiero escucharles decir, “¡Oye! ¡Ella es alguien!”

Soy la que siempre anima a mi familia a seguir adelante. ¡Y ahora quiero animarte a ti! Con Dios a tu lado, estarás bien. Depende de Él, y El dirigirá tus pasos.