Carta de la Editora – Invierno 2013

Por: Crystal Wacker

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¿Te gusta recibir regalos? A mí sí. El dar y el recibir de regalos es parte de de una relación saludable. Los regalos son una expresión del amor sin condiciones. Aunque las tarjetas de regalo son muy populares, no pueden decir, “Compré este regalo especialmente para ti,” o “Mientras yo hacía este regalo pensé en ti.”

A Dios le gusta darnos regalos también. Y cuando nos regala algo Él definitivamente está pensando en nosotros. Quizás los regalos de Dios son los dones que tienes, o tal vez tu propósito o tu destino. Por seguro Sus regalos tienen que ver con la vida: esta tierra bella, el amanecer y el atardecer, amigos y mascotas, árboles y océanos, música y colores, poesía y el amor.

A veces el regalo de Dios viene en el paquete de un bebé. Jesús nos llegó como un bebe, y celebramos Su nacida durante este tiempo del año. Aunque era un buen niño precioso, cuando María le dedicaba en el Templo, el profeta le dijo que este niño inocente le “traspasará su misma alma.” (Lucas 2:35)

¿Cómo podría causar dolor algo o Alguien tan bueno?

Jesús era un bebé lleno de vida, y como cualquier otra madre, María le abrazaba y arrullaba. El creció como un niño normal con una niñez como la de cualquier otro niño. Pero el propósito de la misión de Jesús en la tierra era morir en la cruz por nosotros.

Eso era el dolor que traspasó el corazón de María. No hay una madre que pueda aguantar ver a su hijo maltratado o torturado. Jesús no hizo nada para merecer tal tratamiento. El dolor emocional debió haber sido devastador para María.

El regalo del bebé Jesús le dio a María muchos momentos maravillosos, pero vivió tres días insoportables cuando Jesús, su regalo precioso, enfocaba en Su misión y fue a la cruz para tomar el castigo para nuestro pecado. Lo hizo por lo bueno de la humanidad, aunque significaba agonía física y espiritual no sólo para Él, sino también para aquellos que le amaban.

Todos experimentamos eventos difíciles y dolorosos en nuestra vida. Leerás de uno de ellos en esta edición. Víctor Vélez y su esposa recibieron un regalo maravilloso – su hijo, Jacob. El dolor vino cuando descubrieron que su hijo era autista. Pero por medio de Jacob, han aprendido más que jamás pudieran haberse imaginado. Todavía ven a Jacob como un regalo.

 

No son divertidas todas las cosas en la vida. Pero todo en la vida puede acercarnos el uno al otro y a Dios quien nos ama. La vida es un regalo. La visión, el olfato y el oído son regalos. Crear la música o el arte es un regalo. Ser amado es un regalo. Crecer en el medio de la tragedia también es un regalo.

Crystal Wacker
Jefa de Redacción
Reach UP Magazine

Puede encontrar este artículo y más en la Edición de Reach UP: Invierno 2013

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