Escucha Ahora
Primero, no entendemos por qué llora el bebé. No sabemos cuándo empezar a darles comida sólida para comer. Y no estamos seguras del tiempo apropiado para enseñarles cómo ir al baño.
Y uno pensaría que el hablar es más o menos un logro básico; pero para progresar del hablar al conversar es otro asunto.
Al cumplir los tres años, tu hijo empieza a hablar más. Su vocabulario aumenta, y está formulando frases preciosas de cuatro palabras. ¡Los niños que tienen cuatro años dicen cosas de tal manera que cualquier persona tiene que reírse!
Al crecer tu hijo, el nivel de comunicación entre los padres y el hijo se pone más fuerte usualmente. Pero en realidad, no es siempre el caso, ¿verdad?
Entonces, ¿cómo hablamos? – comunicamos de verdad – con nuestros hijos? ¿Cómo sacamos más de una respuesta de 2 palabras de un niño tímido por diez años?
¡Algo que he aprendido es que a todas las personas, no importa su edad, raza, o sus antecedentes, les gusta hablar de sí mismas! Hágale a cualquier persona unas preguntas de sí misma y te dará una respuesta de 5 minutos.
Este tipo de comunicación es más fácil con los niños menores porque no tienen miedo de refrenar o ser juzgados. Pero lo mayor que sean los niños y más experiencias que tengan en la escuela y con sus amigos, más frecuente van a refrenar de hablar con sus padres.
Cuando los niños todavía no son tan maduros intelectualmente para saber cómo expresarse bien, es la responsabilidad de los padres hacer las preguntas abiertas correctas.
¿Por qué los niños no vienen con un manual de instrucciones?
¡De mis cinco hijos, es a mi hijo de 12 años (el mayor) que tengo que hacerle cinco o seis preguntas sólo para saber qué pasó en el entrenamiento de fútbol! Aunque él no habla mucho, trato de enseñarle cómo hablar conmigo. Necesita aprender cómo expresar lo que está en su mente, y dejarlo salir de su boca. Un niño que no habla mucho puede ser mal entendido como un consentido, o un tímido, o simplemente terco. Como padres o cuidadores, tenemos el privilegio de ayudar a ese niño a superar esas etiquetas y enseñarles a conversar con la familia y los amigos.
Por otro lado… tres mis hijos son habladores. ¡A mi hijo de 6 años le gusta hablar con cualquier persona, de cualquier cosa, en cualquier lugar! ¡Bromeamos que le gusta divulgar nuestros secretos familiares! Mi hija de 10 años cuenta todo lo que está pensando y todo lo que ha hecho.
Para decir la verdad, hay días cuando me agota escucharles. Entonces trato de enseñarles a hablar de una cosa a la vez.
Durante la cena jugamos un juego que da a cada persona la oportunidad de contar una cosa corta específica de sí mismo. También me da entendimiento sobre su día. Aprendo lo que están pensando, lo que les molesta, y los conozco mejor dentro de pocos minutos. Mis hijos saben que pueden hablar en confianza alrededor de nuestra mesa de comedor.
Durante este juego de “Alto/Bajo”, pregunta a cada niño, “¿Cuál fue el punto alto de tu día hoy?” y “¿Cuál fue el punto bajo de tu día?” A veces cambio el juego y pido a todos que compartan su parte favorita del día y una cosa que querían que hubiera sido diferente.
Puedes hacer preguntas abiertas, cortas, sencillas cuando éstas en cualquier lugar – mientras preparas la cena, en el camino a la casa, o al acostar a los niños. Los niños se sienten amados y valiosos cuando alguien les escucha.
A veces, dependiendo de sus respuestas, yo sé si tengo que preguntarles de una situación específica o si tienen problemas con amigos. Sólo hago preguntas. Si empiezo a regañar, corro el riesgo de que se callen porque tienen miedo de las consecuencias.
Hacer preguntas sencillas y no acusadoras es un buen comienzo para una persona que quiere conocer a un niño mejor. Funciona bien si quiere conectarse con un niño o si necesita mantener abiertas las líneas de comunicación al crecer el niño.
Pruébelo. ¿Cuál es su pregunta para el día?
