7 Maneras de APUÑALAR con palabras

Por: Ron Edmondson

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Estaba hablando con un hombre el otro día. Fue herido, pero no severamente. Él sobrevivirá. Espero. Las heridas no son profundas ahora. Pero sí está herido.

Es una herida emocional. A veces son las peores.

¿Y quién le hirió? Su esposa. Y quizás ella ni sabe que le está hiriendo a él.

¿Estás sorprendido?

No lo estoy. Pasa todo el tiempo. Tal vez ella está herida también. Y quizás él no sabe cuando le está hiriendo a ella. El matrimonio se compone de dos personas muy distintas e imperfectas. Y a veces herimos frecuentemente a los que amamos lo más.

Mi amigo es un recién casado. Durante los últimos meses se ha dado cuenta de cuantas cosas su esposa dice para causar que él se aleja de ella. En vez de empezar a luchar, él se aleja. Él se ha alejado hasta al punto que puede admitir su dolor, que es difícil para un hombre. Fui orgulloso de él por ser tan humilde para preguntarme si esto fuera normal en un matrimonio.

No me tardé en darme cuenta que este matrimonio iba a terminar en un desastre si no abordaban sus problemas pronto. Afortunadamente, están en una buena posición para pedir las preguntas difíciles, aprender lecciones valiosas, y fortalecer su matrimonio.

Como un hombre, me siento más preparado para hablar de cómo las mujeres hieren a sus esposos sin saber. En las siguientes maneras, te darás cuenta que a veces soy un poco sarcástico. Es parcialmente porque era más fácil, pero también demuestra la realidad cruel en una manera más suave. Por cierto, si no estás casada, estos consejos sirven para los novios y otras relaciones importantes.

Aquí hay siete maneras en que una mujer hiere a su esposo (sin saber):

  1. Menosprécialo delante de otros. Cuando estás con la familia y los amigos, menosprecia a tu esposo para que todos puedan oír. La mayoría de los hombres no dirán nada de esto en público. Lo aguantarán – y se herirán. Cuando sí hablan, será de resentimiento reprimido, tal vez de ira – y no será bonito.
  2. Haz espaldas de él cuando trata de hacer algo en la casa. Siempre le muestras cuan mejor puedes hacer algo que él. Por cierto lo apreciará. Cuando él arregla la cama, asegúrate a mostrarle la “manera correcta” inmediatamente después de que él termine. Le recuerdas que no da la talla a tus estándares.
  3. Fastídialo constantemente. Si él no haga lo que quieras, recuérdalo. Una y otra vez (porque es buen método, ¿verdad?)
  4. Usa la expresión “tú siempre” todo el tiempo. Porque él siempre (todos los tiempos) hace esa cosa para molestarte. Lo mejor es que, por decir esa expresión, él se convierte en un hombre que siempre hará esa cosa para molestarte.
  5. Hazlo responsable para tu bienestar emocional. Él es la razón por qué te sientes mal hoy y todos los días que te sientes mal. Déjalo saber que es su culpa. Y no tienes que decírsele. Sólo esté de mal humor y déjalo sentirse culpable. Él captará la idea y admitirá responsabilidad. Pensará que es su culpa aun si no lo es.
  6. Queja de lo que no tienes o lo que no puedes hacer. Tu esposo tiene un deseo de reparar las cosas. Quiere ser un proveedor. Así es cada hombre. Unos tratan de lograrlo y otros no. Pero cuando está tratando, haciendo lo mejor que pueda, y todavía no se siente que no da la talla, está herido. Cuando siempre estás quejando de lo que las otras mujeres tienen que no tienes, él se siente culpable, aun si no es tu intención.
  7. No aprecies sus esfuerzos. ¿Quieres herir a un hombre profundamente? No aprecies las cosas que él hace bien. Una parte de su identidad se encuentra en lo que hace, que sea el trabajo o los pasatiempos, o aun su carácter. Cuando no los valoras tanto como él, su ego está herido.

 

La realidad es que el ego de un hombre – su autoconfianza y autoestima – está unido enormemente a su esposa, tanto como el ego de una mujer está unido a su esposo. Podemos ser personas frágiles, unas más que otras.

Entender estos asuntos y hablar de ellos abiertamente, con un tercero si es necesario, ayudará construir matrimonios y personas más saludables, fuertes, y contentos.
Entiendo que unas mujeres, especialmente las que han sido heridas igualmente por los hombres, pueden ser ofendidas por este artículo. Cuando estamos heridos, es más difícil ver nuestros propios fallos posibles. Recuerda que mi meta es ayudarte, no causarte más daño. Pero no puedes cambiar lo que no sabes. Tu reacción es tuya. Lo bueno es cuando damos a otros lo que queremos recibir, Le da oportunidad a Dios a compensar la diferencia.

Ron Edmondson es un pastor con una pasión para desarrollar las iglesias y mejorar el Reino de Dios.

Para el artículo original, visita ronedmondson.com.

Puede encontrar este artículo y más en la Edición de Reach UP: Verano 2014

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