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Los niños (tanto como los adultos) pueden estar asustados durante esta época, porque hay mucho énfasis en el diablo, las brujas, los fantasmas, y los duendes.
Nunca olvidaré cuando los niños en mi vecindario me dijeron, “¡El diablo está llamándonos por teléfono y nos dice 666!” Estaban asustados.
Les dije con calma que el diablo no llama a nadie. Hay un diablo, el enemigo del hombre, pero supe que esto no podía ser real. Le pedí a Dios que me diera las palabras para hacerles entender esto.
“No se asusten del número 666 o de cualquier cosa que el diablo puede hacer. Pero ten miedo de creer en el 666 en vez del 777,” les dije. Me explico…
Los números significan diferentes cosas en la Biblia. El número del hombre es el 6. El número de perfección, y él de Dios, es el 7.
Dios es tres Personas – Dios el Padre, Dios el Hijo (Jesucristo), y Dios el Espíritu Santo. Pues, se puede decir que Su número es tres 7s, o 777.
Tenemos que elegir el 777 y no el 666.
El primer 6 en 666 significa, “Sigo al hombre. ¡No necesito a Dios el Padre! ¡No necesito Su ayuda, educación, provisión, corrección, ni dirección! ¡No quiero que Dios sea el Padre que no tengo!”
El segundo 6 en 666 significa, “Sigo al hombre. ¡No necesito a Dios el Hijo (Jesucristo)! No necesito que tome el castigo por mis pecados. ¡Gracias, pero yo me lo pago! ¡No Le necesito como la vía al Padre, y mi Sanador! ¡No quiero que sea mi Hermano mayor para luchar por mí!”
El tercer 6 en 666 significa, “Sigo al hombre. ¡No necesito a Dios el Espíritu Santo! No Le necesito para enseñarme, para recordarme de todo lo que dijo Jesús, ni para condenarme del pecado. ¡No quiero que me consuele o me guíe! ¡ Gracias, pero me consuelo y me guío a mi misma!”
No te asustes del diablo o alguien que te dice, “¡666!” Pero ten miedo de creer en el 666 en vez del 777!
El énfasis no está en lo que el diablo puede hacerte, sino en el daño a ti misma cuando le dices, “¡No!” a Dios, ya sea en las cosas grandes o pequeñas. Durante el otoño cuando los niños se visten de fantasmas o duendes y corren por las calles pidiendo dulces, debemos recordar no vivir según el 666 en nuestras acciones y pensamientos.
No, yo opto por el 777 cualquier día. ¡Sigo a Dios todos los días! ¿Y tú?